El mundo está lleno de animales abandonados que buscan un hogar.
La adopción es un acto de generosidad y altruismo por ambas partes (humano-animal).
NO es un capricho; antes de adoptar hay que informase de lo que es y supone tener una animal en casa. Así como de los gastos que conlleva.
En los refugios, alberques y perreras hay animales de todo tipo, tenemos que hacer una reflexión de lo que queremos. Olvídense de razas, o bien de la raza que le parece más “mona”, probablemente sufrirán un desengaño. Pregunten al cuidador por el carácter de los animales, e indíquele su situación personal, él le sabrá decir cuál puede ser su mascota ideal.
Los animales abandonados pueden tener sus costumbres y manías, que se pueden corregir con un poco de trabajo y con ayuda de educadores caninos.
Cuando son recogidos de la calle pueden ser portadores de múltiples enfermedades, por lo que una vez acogidos o adoptados, es conveniente realizarles un chequeo sanitario completo.
Una mascota enriquece la vida y el alma, pero nadie está obligado a tener una, por lo que si no se siente preparado mejor no lo intente, seguramente terminará en un nuevo abandono que el animal difícilmente superará.