Estos parásitos son miembros de la familia acarina. Se caracterizan por un cuerpo duro dividido en dos placas duras (dorsal y ventral) y una pequeña cabeza con el aparato masticador. Poseen 4 pares de patas cuando son adultos y 3 pares cuando son larvas.
Dentro de esta familia hay muchos miembros diferentes, de los cuales nos interesan los que manifiestan un comportamiento parasitario.
Habitualmente están sésiles y es mas fácil de identificar que las pulgas. El ciclo de estos animales se caracteriza por presentar una parte sobre mamíferos, reptiles o aves , y otra en el terreno libre. Nos interesa destacar que una hembra grávida puede soltar, dependiendo de la especie, hasta el centenar de huevos, lo que significa que en un jardín o casa puede convertirse en un buen foco de infestación que no solo afecte a nuestra mascota, sino que nos afecte a nosotros como propietario.
La garrapata actúa anclándose a la piel del hospedador y succionándole la sangre, llegando a poder extraerle hasta 1 cc a su victima. En el intercambio de fluidos se puede producir el contagio de enfermedades infecciosas. Destacamos principalmente:
1) Una infestación masiva sostenida en el tiempo, puede provocar una anemia severa a un animal.
2) Ehrliquiosis: enfermedad sanguínea caracterizada principalmente por un cuadro de anemia severa y fiebre. Debe ser diagnosticada por un profesional sanitario animal, y hacerse un diagnóstico diferencial con leishmania, babesia y anemias entre otras posibles opciones.
3) Babesiosis: enfermedad parasitaria de origen protozoario con sintomatología parecida a la ehrliquia. Para su diagnostico es necesario el concurso de un veterinario. Es también necesario la realización de un diagnóstico diferencial con otras enfermedades como por ejemplo leishmania, ehrliquia o procesos anémicos varios.
El hombre es susceptible de contraer estas enfermedades por la picadura de las garrapatas, así que recomendamos prevenir que nuestro perro sea portador, y tener cuidado en las salidas al campo.
