Se trata de un crecimiento súbito y desmesurado del vientre que se produce por acumulación de gases, siendo tan pronunciado que incluso interfiere con la respiración. Es más común que ocurra en razas grandes, aunque no se descarta que suceda en perros pequeños. De pronto, aun en medio de un ejercicio el perro se desploma, parece tener dolor, se dificulta su respiración y se produce una gran salivación. Generalmente se presenta después de haber comido y bebido en exceso. En realidad se trata de un caso grave y debe ser atendido de inmediato, pues el perro se encuentra en peligro de caer en estado de shock y morir.